Pensar en música para niños no es poca cosa.
En el campo de las producciones para niños, hay una constante que impera
tanto en la música como en la literatura: debe ser simple. El hecho es
que esta simpleza que proponen los estereotipos, subestiman la
interacción de los niños y su capacidad creativa.
Sumado a esto, los medios de comunicación sitúa a los
más pequeños en un lugar de mero consumidor, y las grandes discográficas
dificultan el acceso a artistas dedicados al género infantil para
enarbolar los ya consagrados del mercado, lo que lleva al
desconocimiento de otras propuestas. Este escenario es harto conocido y
no escapa a otras aristas del mercado de la música.
El desafío es, entonces, no quedarse en la queja, sino
dar un vuelco a la realidad. En nuestro país han abierto caminos en la
música infantil, grupos y solistas como Promúsica de Rosario,
Caracachumba, María Teresa Corral, Los Sonsonando, Violeta de Gainza,
Judith Akoschky, Los musiqueros, Carlos Gianni, Al tun tun, La
chicharra, Los tiringuitas, Luis María Pescetti y Magdalena Fleitas, por
nombrar sólo algunos. Y hay que imaginarse este caudal expresivo
trasladado a otros países latinoamericanos, donde estos artistas visten
sus canciones con ritmos y poesías propias de cada patrimonio cultural.
La mayoría son docentes de música que vislumbran un
vacío en las propuestas musicales, y deciden tomar las riendas y
componer ellos mismos su cancionero escolar. Luego esos cancioneros
trascienden el aula y se plasman en espectáculos para toda la familia.
En Santa Fe, ocurre lo propio. Por decantación de años
trabajando en la docencia y también vinculados a las expresiones de
música popular, el Grupo de música infantil Canticuénticos, junto a los
organizadores del ya reconocido festival “Sonamos Latinoamérica”, se
unen para gestar el Primer Festival de Música infantil Latinoamericana
“Sonamos para los chicos”.
Con grupos de Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, y
Brasil, se llevará a cabo los días 27 y 28 de octubre en el Foro
Cultural de la UNL (ver recuadro con programación). También habrá
recitales para las escuelas y talleres para docentes.
SEMILLAS QUE FLORECEN
El grupo santafesino Canticuénticos ya ha hecho camino
al andar. Además de alentarse a componer canciones basadas en ritmos e
historias de Latinoamérica, la música les ha abierto puertas hacia
horizontes donde encontraron artistas que compartían las mismas
inquietudes y estéticas al momento de pensar en propuestas para niños.
Luego de participar de un encuentro del MOCILYC
(Movimiento de la Canción Infantil Latinoamericana y Caribeña), en
Brasil; y vincularse a Momusi, (Movimiento de Música para niños), han
decidido ser parte de un movimiento estético en relación a la música
infantil.
“Comenzamos a formar parte de una red de propuestas con
músicos que tienen una producción muy cuidada desde lo estético, pero
también desde lo ideológico, haciendo música de excelente calidad,
dirigida a los intereses, la sensibilidad, el desarrollo y la
inteligencia de los chicos”, cuenta Daniel Bianchi, músico integrante de
Canticuénticos.
Así nace “Sonamos para los chicos”, de las ganas de
compartir las nuevas composiciones de música infantil y del compromiso
con la educación en el arte que nutre la conformación identitaria de los
niños. Proponer espacios que nutran los escenarios y las discotecas
familiares y escolares de música concebida especialmente para los niños
es el gran objetivo. “Vimos que nuestra ciudad estaba bastante al margen
de este tipo de propuestas, y sentimos la necesidad de comenzar a
generar espacios donde esta música circule”.
PALETA DE COLORES
Los espectáculos que integrarán el “Sonamos para los
chicos” no persiguen fines netamente didácticos, pero todos intentan
acercar a los niños a la creatividad, al juego, a los valores, al arte
como medio de expresión, y al compromiso con el cuidado del entorno
cultural.
Así, llega desde Buenos Aires el grupo Divertitango, un
espectáculo con músicos, actores, bailarines y un cantante que narra la
historia de nuestra música porteña de un modo ameno, vistoso, didáctico
y entretenido. En el cuerpo de Guillermo Ibáñez, Daniel Sansotta,
Verónica González, Juan Rivero, Matías Gobbo y Juan Ángel Bonura,
circulan distintos personajes: “los negros candomberos”, “el gaucho”,
“los payadores”, “el guapo”, “la percanta”, “el pituco”.
Desde Córdoba, dos propuestas se suman al festival. La
cantante, docente y compositora Coqui Dutto traerá su espectáculo basado
en canciones de cuna, en una propuesta ideal para los más pequeños.
Como una manta de sonidos que arropa y cobija, una selección de
canciones de cuna latinoamericanas, invitan a recuperar la esencia de
ese canto espontáneo y casi ancestral que forma parte de un rito
cotidiano.
En tanto, La Carreta trae sus canciones de música de
raíz folclórica argentina. El grupo lleva a escena nuestra cultura más
enraizada con colores, formas y decires actuales. Las canciones van
surgiendo a partir de los relatos de tradición americana del personaje
Pedro Urdemales que junto con sus aventuras dan el toque final a esta
propuesta musical. Así, se suceden gatos, chacareras, carnavalitos,
coplas y chotis. Son parte de este espectáculo Cecilia Raspo, en voces y
violonchelo, Guillermo Bonaparte, en voces, guitarra y charango, Susana
Freitsz, en voces y flauta traversa y Leandro Alem, en voces y
percusión.
DE BRASIL A SANTA FE
Desde Brasil, Serelepe presenta su espectáculo
“Locotoco”, inspirado en canciones y juegos tradicionales recogidos en
diferentes regiones de América Latina. Tocando instrumentos varios, como
tambores, cuatro y guitarra, Cris, Reginaldo y Eugenio invitan al
público a soltar la imaginación y entrar en el universo mágico del
juego.
En tanto, como anfitriones y gestores de este festival,
la propuesta de Canticuénticos se basa en canciones, títeres y relatos
que recorren América Latina, e invitan a toda la familia a disfrutar de
un espectáculo tan mágico y divertido como emotivo. Las canciones toman
forma en la interpretación de Daniela Ranallo y Laura Ibañez en voces,
Ruth Hillar, en flautas y coros, Daniel Bianchi, en guitarra y cuatro,
Gonzalo Carmelé, en bajo y Nahuel Ramayo, en percusión.
OTRA MIRADA
Desde hace años, artistas y músicos intentan dar
alternativas de escucha a las ya conocidas masivamente. Mediante el
juego se revaloriza al arte como medio expresivo y se introducen
conceptos e imaginarios del medio en el que habitan. La escuela es uno
de los espacios posibles donde se pueden desarrollar ámbitos creativos
que estimulen al niño en su entorno cultural.
“La educación debe formar seres humanos sensibles.
Desde la niñez hay que nutrir esta idea y esta forma de entender el
mundo. No solamente desde la educación oficial, la de las escuelas, sino
también la que se imparte en las casas, la de la familia. Las preguntas
que nos debemos hacer son: ¿qué pasa con un chico cuando está mirando
televisión?, ¿qué música le acerco para que escuche?, ¿qué hace un chico
cuando juega?”, destaca Bianchi, y completa “por lo general, las
propuestas que difunden masivamente los medios de comunicación sitúan al
niño como mero consumidor, brindando propuestas banales, o poco acordes
a los intereses y los procesos intelectuales de los niños. En ese
sentido, el aporte del festival se plasma también en el hecho de brindar
a los adultos herramientas para formar juicio crítico acerca de las
manifestaciones que frecuentan los chicos a través de los canales
habituales”.
En esta línea, los artistas que participarán del
festival también dictarán talleres dirigidos a docentes de música, pero
también a docentes en general, y a cualquier interesado en la música
como herramienta didáctica cotidiana. “Se trata de propuestas prácticas y participativas, que
abordarán distintas temáticas, centradas en el arte y la niñez”, apunta
y agrega: “la idea es, además, crear espacios de intercambio de
experiencias entre los artistas y los docentes. Los objetivos que nos
impulsan son los de enriquecer las discotecas familiares y escolares con
músicas pensadas especialmente para los chicos, y brindar nuevas
herramientas para el trabajo diario de los docentes en sus aulas”.
PARA AGENDAR
Los recitales abiertos al público tendrán lugar en el
Foro Cultural de la UNL, 9 de Julio 2150, y serán los siguientes:
sábado 27 Divertitango (Buenos Aires) y Coqui Dutto (Córdoba). El
domingo 28, se presentarán La Carreta (Córdoba) y Serelepe (Belo
Horizonte, Brasil). El costo de las entradas será de $15, y $10 menores
de 8 años.
Además habrá conciertos para alumnos de escuelas
santafesinas, los días 25 y 26 de octubre en el Cine Teatro Luz y
Fuerza, Junín 2957.
Los talleres para docentes y público en general serán
los días 27 y 28 de octubre de 9 a 14 en El Solar de las Artes, 9 de
Julio 2955. El cupo es limitado y la inscripción para todos los talleres
es de $120. Se otorgarán certificados. El sábado 27 a las 9, estará a
cargo de Divertitango, en tanto a las 11.30, Serelepe presentará “Taller
de Juegos Musicales”. El domingo 28 a las 9 el grupo La Carreta llevará
a cabo el taller “¿Y ahora, qué?”, y a las 11.30, Coqui Dutto propone
el taller “Todos somos músicos”.
Habrá una mesa redonda con el uruguayo Julio Brum,
sobre el Portal de internet Butiá, un emprendimiento basado en la
distribución y comercialización de música infantil latinoamericana a
través de la web.